Si tuviéramos que hacer un cálculo de cuántas personas pasan al día por la parte final de la calle Mayor, ya casi llegando a Bailén, sin duda hablaríamos de miles.
Sin embargo, prácticamente nadie sabe que cuando están caminando por la acera, justo al lado del precioso palacio de Abrantes, lo están haciendo a menos de 10 metros de los restos de la muralla árabe del siglo IX. Para verla, sólo tienes que mirar por las ventanas de este edificio, las dos más próximas al buzón amarillo, y te encontrarás un gran muro de sílex correspondiente a este reciento del Madrid más primitivo. Actualmente forma parte de la biblioteca del Instituto Italiano de Cultura y si un día la ves abierta, te recomiendo que entres y disfrutes de los restos de la muralla islámica, que como la cristiana, parece jugar al escondite con los viandantes.
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Palacio de Abrantes en la Calle Mayor.